- Apoteósico. El tenor estadounidense Gregory Kunde puso en pie anoche al público que abarrotó el Auditorio «Príncipe Felipe» de Oviedo con una actuación memorable que hizo a los espectadores ponerse en pie después de cada pieza para aplaudir con fervor e inundar el aire de bravos. Iván Román (La Nueva España).
- Kunde estuvo directo, cercano, se ve que es un tenor verdiano radical, pero también arias como el ‘Nessun dorma’, de Puccini, nos muestra esas facetas veristas de este gran tenor. La romanza de zarzuela de la propina final no solo fue un guiño al público sino una versión correctísima, muy bien fraseada e incluso con una pequeña variante cuando sobre las palabras ‘no sé fingir’ repite el ‘no sé’, y Kunde no sabe fingir, porque es directo y veraz. Ramón Avello (El Comercio)
- Gregory Kunde supo adueñarse magistralmente de todo lo emitido en el Auditorio de Oviedo. De los sonidos, sí; pero, sobre todo, de los silencios. Cómo logró poner en vilo a todo un Auditorio tras cantar apenas unas pocas frases es un misterio, pero lo cierto es que pocas veces he visto un público tan callado mientras espera la próxima nota de un cantante. Tal cosa sucedió con la primera aparición de Kunde sobre el escenario, que se produjo tras una vibrante e inquieta interpretación de la obertura de “La Forza del Destino”.Con todo, lo cierto es que resulta francamente difícil, habiendo ocupado la quinta fila del patio de butacas, describir la voz de Kunde sin apasionamiento. No obstante, de él podríamos decir que es, en suma, un tenor superlativo, de bellísimos armónicos en el registro medio y agudo el cual, dicho sea de paso, expone con una proyección más propia de un extraterrestre que de un hombre de su edad y circunstancias. Javier Labrada (Platea Magazine)